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Viste
como la chica de pelo castaño abría la boca ante la sorpresa que provoco tu
presencia y te mordías los labios para que no se te escapara la risa que te
provocaba ver las señas que le hacía a su amiga para que volteara.
-¿Qué…Que
haces acá?-te pregunto una vez que volteo y te clavo esos ojos marrones
encima-Mejor dicho… ¿Qué hacías escuchando una conversación privada?
Lentamente
dejaste entre ver una sonrisa donde lucias tu perfecta dentadura blanca como la
leche, te causaba gracia y ternura ver como golpeteaba el piso sin cesar y sus
brazos formaban dos triángulos sobre su cadera.
-Mucho
gusto…Me llamo Lean Pulliese-decidiste saludar a la amiga, estabas descubriendo
que te gustaba provocarla-¿Y usted hermosa señorita como se llama?
De reojo
pudiste notar como ella hacia presión sobre su cadera conteniéndose, interiormente
sonreíste y te dedicaste a besarle la palma a la otra jovencita que estaba
entre ustedes y que pensabas que estaba de mas en ese momento pero nunca serías
descortés con nadie mucho menos con una mujer.
-Candela…Cande
para los chicos simpáticos y caballeros como vos…-y ella se tomo el
atrevimiento de darte un beso en la mejilla como si te conociera de toda la
vida-Y no te hagas drama por como te puede tratar mi amiga-viste como Candela
abrazo por el cuello a la morocha-Esta un poquito loca nada mas…
Te
cruzaste de brazo y asentiste-Ahora comprendo… ¿Y por eso es así de mala?-le
preguntaste señalándola con un dedo, la morocha abrió indignada su boca-Cerrala
que te van a entrar moscas-y disfrutando la provocación estiraste tu brazo para
con apenas un golpecito en su pera le cerraras la boca.
-¡Basta!-exclamo
exaltada y dándote un pequeño golpe en la mano con la cual le habías pegado en
el mentón-Esta amiga tiene nombre, me llamo Eliana…-y te encanto ver como su
rostro se fruncía por lo molesta que estaba, te mordiste el labio cuando se le
formo un puchero y adoraste cuando sus manos torpes se estiraban a lo largo de
aquella bata.
-Ely para
los amigos…-acoto Candela en un pequeño susurro como si estuviera prohibido
contarlo.
Eliana
bufo y tomo rápidamente de la mano a su amiga, por lo visto ya se iban a ir y
sentiste un vació al saberlo, te gustaba estar con ella provocándola, dejándola
muda.
-Como
bien dijiste Cande para los amigos-finalmente la viste desaparecer de tu vista.
Eliana…Eliana…Ely,
repetías una y otra vez en tu cabeza, esa chica te había entrada por los ojos y
se había estacionado perfectamente en tu cabeza, en ese momento pareciera que
no se iría a retirar de ahí o por lo menos eso aparentaba.
Sacudiste
tu cabeza para apartarla de tus pensamientos y volviste a mirar por última vez
hacia donde ella estaba internada, sabías que aunque quisieras sus ojos, sus
gestos y su cuerpo no desaparecerían tan fácil de tu mente y eso te volvería
loco pero cuando viste pasar una enfermera con inyecciones recordaste lo más
importante en tu vida, el chequeo.
Dos horas
después te encontrabas esperando los resultados finales, no veías la hora de
irte a tu casa, de estar con tus amigos, de descansar.
Estabas
tan metido en tus pensamientos que tardaste de notar la presencia de alguien en
la puerta de tu cubículo, tus ojos se abrieron ante la sorpresa de verla allí, Eliana
estaba en la puerta de tu cubículo y con sus ojos te estaba haciendo un escáner
completo.
-Yo se
que estoy para chuparse los dedos pero si me sigues mirando me vas a ojear-le
dijiste mientras te sentabas en tu cama.
Notaste
que sus mejillas tomaron un poquito de color-Perdón-y finalizo con una pequeña
risita, era la primera vez que la oías reír y fue la melodía mas dulce que
habías escuchado en toda tu vida-Quería pedirte perdón por como te trate
hoy-observaste como se tiro su flequillo para atrás y supusiste que le
molestaba-Va mejor dicho, te quería pedir perdón por como te ignore hoy pero es
que tienes el don de alterarme al instante.
Te gusto
que no esperara tu invitación, sino que fue directamente a sentarse a tu lado y
fijo su mirada su mirada en el suelo, balanceaba sus pies como indicio de que
estaba nerviosa, otra cosa que anotaste a tu lista de cosas que te gustaba de
ella, que se pusiera nerviosa cuando estaba junto a vos.
Te
tomaste la delicadeza de observarla unos segundos que para vos fueron minutos,
y descubriste que era una nena en cuerpo de mujer, sus dos trenzas
perfectamente hechas le daban ese aspecto tan inocente y eso te encantaba,
aunque no la conocieras a la perfección sabías que te encantaba todo de ella,
lo malo y lo bueno.
-Así que
te altero-comentaste tranquilamente mientras te estirabas hacia atrás apoyando
ambas manos sobre la cama-A mi me generas un sentimiento diferente, vos me
generas paz.
Ely te
miro un instante confundida y a la vez sorprendida, se acomodo aquellos
mechones que le quedaban sueltos y se cruzo las piernas una sobre la otra,
quedando enfrentada a vos.
-Yo lo
que quería decirte es que-callo un instante para pensar bien lo que iba a
decir-No quiero que alterarme cada vez que nos crucemos…Quiero llevarme bien
con vos-tus ojos se encontraban fijos en las manos de ella, las cuales jugaban
con la sabana-Yo no tengo amigos en este hospital por el solo hecho que no
quiero encariñarme con nadie pero con vos siento que es distinto-y no pudiste
elevar tus ojos y perderte en los de ella.
-Bueno
señorita ahora si tienes un amigo-el ver sus ojos brillosos de ilusión te hizo
sentir el hombre mas poderoso del mundo.
-¿En
seri?-ella pestañeaba intentando borrar algún rastro de aquellas gotas saladas
que conmulmente suele largar cuando esta mal o emocionada.
-Así es y
para festejar que lograste tener a tu primer amigo mañana te invito a pasar la
tarde en la plaza.
Y si, ese
dialogo termino con una sonrisa en el rostro de ambos, algo los unía, ellos
sabían que había algo especial y no iban a desaprovechar la oportunidad de
descubrirlo.
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