Epílogo.
Diciembre era un mes de puro caos, no solo por las fiestas sino porque el casamiento de Juan Pedro y Mariana tenía revolucionado a todo el mundo.
Era viernes y solo quedaban veinticuatro horas para la boda y todas las mujeres estaban histéricas y pendientes de los últimos detalles.
Que si el vestido de la novia estaba en perfecto estado y colgado en la habitación de sus padres, que si el traje del novio estaba colgado en el guardarropa de él, que si el traje del padrino y el vestido de la madrina estaban con quien correspondía, que si las flores estaban como Mariana había pedido que estuvieran, que si la torta era como a Peter le gustaba, que si los invitados estaban todos confirmados y miles de detalles mas pero había algo fundamente: ¡el novio no había llegado al pueblo!
-¡Mariana te podes quedar quieta!-grito Candela desesperada.
-¡Como me puedes pedir que me quede quieta si Peter no llego todavía! ¡Hace mas de tres horas que tendría que haber estado acá y ni rastros! ¡Para colmo no me atiende el celular!-y con toda la histeria posible Lali revoleo el aparato sobre la cama.
Candela se acerco a su amiga y tomándola de los hombros la obligo a sentarse en el borde de la cama…
-A ver inhala, exhala…-ella hacia los mismos movimientos que Mariana-Así es… Veras que Peter estará en cinco minutos a travesando la puerta de entrada.
Mariana iba a hablar cuando el sonido de la puerta y unas voces llamaron su atención, se levanto como un rayo empujando a Candela sin importarle y bajo de dos en dos las escaleras hasta llegar donde se encontraban las personas.
-¡Peter!-grito y todos se voltearon para mirarla divertida-Ah… Son ustedes…
-Nosotros también te queremos Marianita…-le dijo divertido Juan Pablo…
-¿Qué pasa cuña?-le pregunto Luz al ver la cara de fastidio que hizo la morocha-¿No estas feliz que te casas?
-¡No porque tu hermano aun no apareció!-exclamo fastidiada.
-No sabía que me extrañabas tanto…
Esa voz provoco que el alma volviera al cuerpo de Mariana y al voltearse se encontró con Juan Pedro que llevaba su valija en una mano y un ramo de rosas en otra.
-¡Mi amor!-y no le importo lo fuerte que le salio ese grito ni que tuvieran espectadores, su cuerpo se abrazo fuertemente al de Pedro quien riéndose la abrazo de la cintura evitando que se cayera-Ya me habías asustado…-le dijo al oído.
-Tranquila que este verano mas a ser mía…
Mariana se separo levemente de él para verlo -Este verano y todos los que quieras voy a ser tuya…
-¿Es una promesa?
-Lo es…
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