sábado, 3 de septiembre de 2011

Fuiste mia un verano

Capitulo veintitrés.


Era la ultima semana de febrero y como todos los años con mi familia viajábamos hacia algún rincón de nuestra Argentina, tres autos que estaban estacionados desde temprano en la puerta de la familia Esposito que esperaban ser arrancados y adentrarse en las rutas, en las rutas argentina con destino a las sierras.

-¿Todo listo?-pregunto Facundo, mi cuñado, guardando el ultimo bolso en el auto de mis padres…

-Esta todo yerno…-mi padre aparecía con su caña de pescar que sería amarrada sobre el techo del auto-Solo faltan que las mujeres terminen de comer algo y nos vamos.

Ambos se apoyaron sobre las puertas de los autos con los brazos cruzados y esperándonos, quince minutos después Ana salía con sus lentes, una revista y sus auriculares.

-Recuerden de no ir muy rápido que vamos detrás de ustedes…-decía antes de meterse adentro del auto de su novio, si él también iría.

A los segundos, Manu y Mariano salían concentrados jugando cada uno en sus videos juegos portátiles que Patricio se encargo de regalarles, mi padre les grito algo cuando no se detuvieron ni a darle un beso temporario.

-Si viajamos juntos abuelo, no jodas…-le había contestado Mariano desde adentro del auto.

Rogelio le dio sus quejas a Facundo diciéndole que sus hijos estaban creciendo muy rápido, él solo reía.

-¿A dónde voy yo?-pregunto Patricio cuando salio junto a Leo, novio de Ana.- ¡Nos vemos después cuñas!-saludo tanto a Facu como a Leo, cuando mi viejo le abrió la puerta de su coche para que se metiera.

-¡Por dios que hacen estas mujeres!-se quejaba Facundo cuando Gimena, Lucrecia ni yo salíamos de casa-¡No vamos a llegar jamás!

-Cariño cállate un poquito…-le reto Gime cuando salio con Mati en sus brazos-Toma al pequeño y colócalo en su sillita…

Facu le dio un pequeño beso en los labios mientras tomaba al pequeño en brazos, Gime se despidió de papá y también se subió junto a su familia, mi padre también se subió a su auto seguido por mi madre.

-¿Lali no subís?-me pregunto Lucre cuando me quede estática mirando hacia un lado, asentí y lentamente voltee para subirme-Vamos cariño…

El viaje hacia Santa Rosa de Calamuchita, ese era nuestro destino, tenía como unas cinco o seis horas de viaje según a la velocidad que uno vaya… “Esta saliendo de Arroyo Seco” leyeron mis ojos.

Me acomode lo mejor que podía en el asiento, apoye mi cabeza sobre mi almohada (no puedo viajar sin ella). Me coloque los auriculares y deje que mis ojos se perdieran mirando las vistas del campo a pasar a toda velocidad.

Luego de una hora de viaje, la lista de reproducción se había repetido como tres veces pero no me importaba, esperaba cansarme de mirar solo el verde de los campos y algunos que otros árboles que se presentaban en el paisaje, por fin después de un tiempo que para mi fue largo mis parpados me comenzaron a pesar y los cerré dándole la bienvenida al señor Morfeo.

-Cariño…Ey Lali despierta…-sentía a los lejos una voz que no podía reconocer llamándome…-Mariana despierta…-y esa voz se hizo mas patente esta vez.

Me acomode inconscientemente sobre el asiento y poco a poco fui abriendo mis ojos para ver a mi padre con su rostro sobre su asiento llamándome, me refregué la cara intentando despabilarme mientras intentaba entender que pasaba.

-¿Dónde estamos?-le pregunte con la voz ronca.

-Paramos para comer…Bájate así comes algo vos también…-y salio del auto.

Luego de quitarme los auriculares junto con el cinturón de seguridad me baje, lo primero que hice fue largar un quejido al sentir como sonaban mis huesos cuando los estire lo más que pude, me abrace a mi misma cuando sentí una oleada de frío.

-¿Te despertaste linda?-mi mamá me recibía en la mesa con una sonrisa.

Me acerque a darle un beso sobre su cabello y me senté a su lado junto a mi sobrino mayor que estaba entretenido con un crucigrama.

-Una chocolatada caliente por favor…-le ordené a la camarera cuando se acerco…-¿Mis hermanas?

-Mamá fue con papá hasta un puesto de diario que esta acá atrás-mi cuñado no podía vivir sin el diario del día y mi hermana mayor sin las de chimentos-Y la tía Ana en el baño, la hubieras visto como se bajo a los gritos porque hacia desde tres pueblos atrás que se hacia pichin.

Una carcajada se me escapó al escuchar la palabra “pichin”, aprovechando la distracción de Mariano le robe una de sus medialunas justo cuando me traían la chocolatada, le agradecí a la jovén y no preste mas atención que a llenar de comida mi estomago.

Hacía veinte minutos que con mis hermanas estábamos las tres sentadas en una banqueta que encontramos a unos pocos metros del lugar donde paramos para comer, era nuestro momento para hablar un poco.

-Así que cuando vuelva tengo llevar de nuevo los papeles para que me hagan el trámite de la obra social-Gimena hacía años que dejo los problemas simples para contarnos algunos como que el dinero no les llega a alcanzar por las inflaciones que surgen, los problemas con el trabajo entre otros, el precio de formar una familia y madurar.

-Bueno, cualquier cosa sabes que Leo puedo darte una mano con eso…-Leo, el novio de Ana, era abogado se dedicaba preferentemente a la rama penal pero cuando nosotros lo necesitábamos para algo siempre estaba…

-¿Y vos como andas con él?-le pregunto Gime aprovechando que la hermana del medio trajo a colación el nombre de su chico.

-Perfectos…-una sonrisa de enamorada se le dibujo en el rostro-Tenemos nuestras peleas pero ustedes saben, nada que no podamos arreglar…-Gime y yo asentimos porque somos testigos de cada una de sus peleas-¡Hay no les conté!-exclamo provocando un susto en cada una.

-No, no nos contaste-le respondí yo divertida y ella me golpeo la espalda-¡Bueno che! ¿Qué nos tenes que contar?

-Leo me pidió de irnos a vivir juntos…-Ana nos miraba emocionada pero con miedo a la vez, era un paso muy grande en la vida de ella.- ¿No me van a felicitar o regañar?-pregunto al ver que no le decíamos nada, con Gime intercambiamos miradas y nos tiramos encima de ella gritando y felicitándola.

Por un rato largo seguimos hablando de la nueva con respecto a la familia, Anita no caía que luego de tantos años de esquivarle al matrimonio o al compromiso serio se animaba a convivir con una persona, Gimena desde su experiencia le decía que lo tomara con calma porque no es nada fácil convivir con otra persona que no sea tu familia pero que es una experiencia hermosa y la iba ayudar a crecer mucho, yo en cambio acotaba que a papá le iba a dar un sincope al ver que sus nenas lo iban abandonando de a poco y que mamá ya planearía todo para la boda y exigiría el cuarto nieto cuanto antes.

-¿Y vos pequeña?-Anita me abordaba con la pregunta cuando estuvimos un rato en silencio-¿Nada para contar? ¿Peter? ¿Benjamin? ¿Leandro?

-¿Quién es Leandro?-pregunte a la misma vez que Gimena.

Ana se encogió en hombros-No se, alguien pero lo decía porque capas y tenes a uno nuevo pero todavía no dijiste nada…-no pudimos no sonreír.

-Con Benja no hay mas nada, supe que volvió a su universidad por unas materias que tenía que rendir y que se peleo con la chica pero que se hacía cargo igual del bebe.

Anita me abrazo por los hombros aun sabiendo que ya no me afectaba eso, Gime me acaricio el cabello diciéndome que fui madura en no dejarme caer en una depre y que pedí ayuda a mis amigos.

-¿Y con Peter que paso?-Ana seguía con el interrogativo-¿La cena como salio?

Gimena me miro sin comprender y abrió su boca indignada, lo supe por el grito agudo que largo al aire-¡Mariana Elizabeth tuviste una cita con mi pequeño hermano del corazón y no me contaste!

-Se me paso…-dije en un susurro yo…-¿Quieren que les cuente?-porque por lo visto se venía una ronda de quejas de hermana mayor, Ana me pidió que hablara luego de pegarle un zape a Gime-Bueno, no se si salio bien o mal, lo que si se es que por ahora corte toda relación con él.

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