Capitulo veintinueve.
Eran las cuatro menos veinte de la madrugada cuando el sonido que provenía de mi celular me despertó provocando que me sentara de un salta en mi cama sin entender lo que sucedía.
-¿Bueno?-conteste con mi voz adormilada.
-¡Por fin Esposito me atiendes el celular!-la voz chillona de Candela logro que mi cerebro reaccionar de una vez.
-¿Qué pasa Cande? ¿Por qué llamas….-voltee para prender la luz del velador y ver la hora que era-A las cuatro menos veinte?
-¡Hace días que estoy dale que te dale llamarte y nunca me atiendes!-estaba verdaderamente histérica y me la podía imaginar caminando de una punta a la otra-¡Y por una vez que me atiendes te quejas de la hora!
-¡Bueno ya! ¿Me llamas para recriminarme o que?
Escuche como Cande suspiraba para calmarse-La verdad que no, te llamo para hablar de algo que me esquivas hace días.
Me tire un poquito hacia atrás hasta que sentí en mi espalda el frío de la pared-Hay Cande si es para hablar sobre Juan Pedro no…
-¡Si, si y si!-la interrupción de mi amiga me tomo por sorpresa-Vamos hablar sobre él porque es algo que necesitas saber…
-¿Qué paso?
-.♥.-
El después de Camila y mi bebe costo bastante, mis amigos estaban constantemente conmigo impidiendo que me culpara o dejara que la tristeza me invadiera. No importaba el día que fuera, Agus y Nico siempre se encargaban de sacarme de casa, Cande y Euge se encargaban de mimarme como las mejores amigas que son, nunca permitían que sintiera la ausencia de Mariana ni que los recuerdos de Camila me invadieran, el grupo se encargaba de ponerme una meta: salir adelante.
Lunes por la mañana, una nueva semana comenzaba y en lo primero que pensaba mi mente era en las mujeres que ya no tengo en mi vida: Mariana, el bebe (del cual nunca supe que sería) y Camila pero ese día iba a ser diferente, era lo que me había propuesto.
Luego de ducharme, cambiarme y ordenar un poco el desorden de mi habitación, decidí ir a desayunar algo ya que no había querido hacerlo a primera hora con toda la familia.
-¡Por fin te levantas dormilón!-mi madre estaba sentada en la mesa tomando mate y leyendo el diario.
-Anoche llegue tarde y hoy no tenía ni un poquito de voluntad de madrugar…
Ayer por la noche Victorio se había encargado de arreglar una cena en su casa y nos habíamos quedado hasta altas horas de la madrugando comiendo, tomando, jugando a distintos videos juegos, haciendo partidos de cualquier deporte que se nos ocurría y por supuesto charlando de distintos temas.
-Gracias-le dije luego de que me pasara un mate…-Mami tengo algo que comentarte…
Analía elevo un poco sus ojos sobre sus lentes-Dime hijo…Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea.
Antes de hablar le devolví el mate-Vuelvo a Fisherton, las vacaciones para mi acabaron y es hora de retomar mi vida.
-.♥.-
Corte la llamada con Candela a las cinco de la mañana, una hora tardo en contarme todo lo que había pasado en el pueblo y a las seis de la mañana fue cuando decidí levantarme de mi cama e ir hasta la habitación de mis padres para comunicarles que apenas este lista me tomaría el primer bus hacia Arroyo Seco.
Y ya llevaba dos horas dentro del autobús que me llevaba hacia mi pueblo, me encontraba recostada en mi asiento lo mas cómoda posible, tenía la vista fija en la ruta y la música era la única que escuchaba mis pensamientos.
No podía creer lo egoísta que había sido, Peter me necesitaba, necesitaba a su amiga y yo había ignorado cada llamada, cada intento en los que quisieron contarme lo que pasaba.
Si bien Cande llego a decirme que Pedro desde el primer momento pidió que no me enterara, era sabido que ella no lo iba a permitir pero nunca nadie pensó que la que lo iba a impedir iba a ser yo.
En lo que duro el viaje mi mente solamente pensó en como estaría, si estaría todavía llorando su perdida, si habría hablado con alguien o si se habría guardado todo su dolor, si los chicos intentaron animarlo o dejaron que él estuviera solo. Había tantas cosas que surgieron de un momento a otro que mi mente no daba abasto, solo quería llegar, verlo y primero que todo abrazarlo.
-.♥.-
Una vez que termine de tomar mates con mi madre, hablar seriamente de mi decisión, explicarle cada motivo y explicarle que no me iría mañana sino que en unas semanas mas, dejó que me retirara.
Desde que paso lo que paso los chicos nunca permitieron que estuviera solo, pero esa mañana necesitaba hacerlo, necesitaba encontrarme con mis pensamientos, con los sentimientos que tenía adentro y no había podido acercar.
Estaba caminando por la plaza cuando la presencia de alguien me tomo por sorpresa.
-¿Te puedo acompañar?-al escuchar aquella voz tan familiar voltee sorprendido-Hola…
-Mariana…
Si, era Mariana, Lali para los amigos y había vuelto de sus vacaciones, por lo menos el bolso que colgaba de su mano me daba a entender que ya no estaba de vacaciones.
-¿Qué haces aquí?-le pregunte sin comprender la situación-¿No estabas en Córdoba?
-Así es…Pero regrese…-su sonrisa se borro de pronto y con un gesto que hizo mi cabeza comprendí el motivo de su regreso-Me entere de lo que paso y necesite venir para verte…
-Pues llegaste tarde…
Luego de darle esa respuesta volví a voltearme a retomar el camino que estaba dispuesto a hacer, no me importo despedirme de esa manera ya que era verdad, había llegado tarde cuando la necesite de verdad ella no quiso enterarse de lo que sucedía y ahora semanas después volvía, aunque todavía la necesitaba no podía soportar saber que en aquel pueblo ella había estado con otro….Yo también tengo conocidos en Córdoba que se encargaron de contarme las nuevas novedad, el mundo es un pañuelo ¿no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario