sábado, 3 de septiembre de 2011

Fuiste mia un verano.

Prologo.


-Te amo

Le dijo en un susurro mientras la miraba dormir, su pelo de color negro violáceo se encontraba esparcido por toda la almohada y una fina sabana blanca cubría apenas sus senos y su entrepierna dejando libres las piernas largas y esbeltas de la muchacha.

Lentamente se arrodillo sobre la cama y se acerco lo bastante hasta darle un beso en la frente, se quedo unos instante apoyando su mentón sobre la frente de ella recordando todos los momentos que habían pasado juntos.

-Vamos Peter tienes que ser fuerte…

Se decía a si mismo una vez que logro separarse y dirigirse a la puerta de la habitación, estaba con un pie fuera de la misma cuando volvió a girarse hacia ella para grabarse eternamente aquellos rasgos que lo enamoraron de pequeño, recordar su risa la cual alegraba sus días, recordar su llanto el cual él fue el causante mucha veces de provocarlos, recordar como se aferraba a su pecho pidiéndole amor y recordar como un verano fue de él.

El sol se colaba entre las cortinas de la habitación lo que la obligo abrir los ojos pero segada por los rayos giro sobre si mientras buscaba con su mano el calor de otro cuerpo humano.

-¿Juan Pedro?

Pregunto al no sentirlo a su lado, al instante volvió a voltearse y sentándose en la cama aferrada a la sabana volvió a llamarlo.

-¿Juan pedro estas aquí?

Pero solo el silencio fue la respuesta que recibió, rápidamente se despojo de la sabana y caminando hasta acercarse a una camisa que había tirada en el piso de la habitación, la tomo entre sus manos y nerviosa se la coloco.

No podía ser, no podía haberse ido y dejarla sola en aquel departamento, él sabia que jamás se lo perdonaría menos luego de la noche que habían pasado juntos.

Una media sonrisa se le formo en el rostro al recordar la noche anterior donde se habían amado desde el atardecer sin cesar, a veces apasionadamente otras despacio disfrutando del momento, por momentos lo perverso los invadían y hacían cosas que nadie jamás se imaginaria que se podría hacer, hasta que se descubrieron viendo el amanecer en el balcón tapados solamente por una manta y hablando de lo que fue de sus vidas todo el tiempo que estuvieron separados.

Y ahora se encontraba parada en medio de aquel departamento sola sin saber que hacer ni que decir, las lagrimas invadieron sus ojos quemando a sus pestañas pero no iba a permitir largar una lagrima mas por el, no lo iba a permitir.

-Vamos Lali llamemos a un taxi y volvamos a nuestra vida, donde Juan Pedro Lanzani esta eliminado completamente de ella.

Tomando aire reunió las fuerzas necesarias para ordenarles a sus piernas que caminaran hasta la barra americana donde se encontraba el teléfono.

-¿Qué es esto?-se pregunto al ver junto al aparato una nota doblada.

Sus dedos comenzaron a temblar mientras tomaba el papel entre sus manos y reconocía perfectamente la letra que había escrito su apodo Petisa mía, en su rostro se le formo una mueca al leer eso porque sabía perfectamente que Lanzani sería el único de escribirle eso sabiendo que odia que la llamen así.

-Vamos Mariana acaba con todo esto de una vez… -se animo diciéndose a ella misma mientras desplegaba el pedazo de papel.

"Cariño si estas leyendo este trozo de papel es porque yo ya me he ido y tu te encuentras sola en aquel departamento.

Se que me estas odiando por haberte dejado sola, lo se y lo merezco pero no podía quedarme contigo, aunque por dentro moría de ganas de quitarme la ropa y meterme entre las sabanas y abrazarme junto a ti para siempre.

No te imaginas como me cuesta estar empacando en estos momentos mis maletas para volver a la vida de ricos que odio llevar, pero me falta poco, tu sabes todo lo que luche para cumplir mi sueño de ser alguien en el mundo y no solo un adolescente mas en un pueblo alejado de las grandes oportunidades.

¡No! No me grites, no me reprendas por lo que acabo de decir, porque estoy mas que orgulloso de ti y de todo lo que has logrado sola en el pueblo y lo lograste porque eres demasiado bella e inteligente, además de testaruda y peleadora, Hem apenas caprichosa. Yo se que en este momento estas riendo como yo porque ambos sabemos que es verdad eso, como sabemos que yo soy inconformista, peleador, testarudo y sobre todas las cosas caprichoso a lo que no puedo tener y por eso me empeño en volver a ese barrio, a esa universidad y demostrarle al mundo que la gente de pueblo podemos contra todos.

Y te juro que apenas termine todo vuelvo por ti, para estar contigo, para amarte, para cuidarte, besarte y protegerte y porque no casarme contigo.

Mariana Esposito ¿se casaría con este idiota que la esta dejando ir por una idea que esta metida en su mente desde siempre?

No lo respondas ahora, piénsalo y cuando estés segura de la respuesta ingresa a mi habitación (como siempre lo has hecho sin que nadie se entere) y busca en el cajón de la mesita de luz un cofre donde hay algo guardado para ti, y yo me comunicare contigo en ese momento porque lo sentiré vivo en mi corazón.

Pero si las cosas no salen como sueño y te enamoras antes de otro, te dejo libre amor mío para que conozcas la felicidad plena, para que sepas que se siente levantarse todo los días y ver a la persona que amas, para que sepas sentir la felicidad de ser madre.

Ya no me quedan palabras para decirte todo lo que te sueño, lo que te deseo y te quiero.

Solo me falta contarte una novedad, ¿recuerdas cuando me preguntaste que estación era mi favorita y yo te respondí que ninguna? Bueno ahora si tengo una estación del año favorita y ella es el verano, ¿sabes que por que?

Porque TU FUISTE MIA UN VERANO.

J.P.L

PD: Te amo Petisita mía”


-Peter-dijo en un susurro ella mientras corría a cambiarse y salir del departamento.

No tardo ni media hora en llegar a su casa y colarse por el patio trasero y trepar el árbol que la separaba de la habitación de él.

Tras luego de haber echo un poco de esfuerzo logro entrar en la habitación, la cual se encontraba igual que la ultima vez que había entrado de la misma forma, tres años atrás cuando Nicolás había partido por primera vez, su olor todavía seguía vigente en el lugar lo podía sentir.

-¡El cajón!

Se recordó al verse descubierta entre los recuerdos, dejo la carta sobre la cama y se estiro lo suficiente para tomar la caja de terciopelo rosa donde adentro se encontraba un anillo de oro con un diamante con forma de pera rojo con piedritas blancas que lo decoraban alrededor.

Abrió su boca ante tal sorpresa y sin haber tenido tiempo de reaccionar, su móvil comenzó a sonar, torpemente lo alcanzo intentando que el sonido no creciera lo suficiente para que no lo escucharan los padres de él.

-¿Bueno?-dijo en un tono apenas audible mientras todavía admiraba el anillo que estaba dentro de la caja.

-¿Todavía sorprendida por el anillo futura señora Lanzani?

-¿Tu que piensas?-le dijo ella mientras se dejaba caer sobre el reconfortante colchón.

-Que te amo como un desquiciado eso pienso ¿Y tu que piensas?

-Que agradezco haber sido tuya ese verano.

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