Capitulo treinta.
Solamente lo vi alejarse de mi como si fuera una extraña, como si fuera su peor enemiga en aquellos momentos y me partió el corazón en mil pesados.
Con la cabeza gacha gire en noventa grados y camine hasta mi casa, pensando en todo y en nada, cerré la puerta de un golpazo agradecida de no escuchar la voz de mi madre gritándome “¡cuidado con la puerta, el día que tengas tu casa propia vas a poder romperla tranquila!”. Tire el bolso a un lado de los sillones y yo me deje caer sobre el grande.
-Pues llegaste tarde…
La voz de Peter resonaba en mi cabeza, había sentido tanto dolor en sus palabras, había notado amargura en ellas y eso la hacia sentirse mas culpable de lo que ya se sentía pero de pronto miles de recuerdos surgieron de nuevo.
Desde el reencuentro, el primer beso, el haberlo sentido unido a mi, la traición de Benjamin y a pesar de eso Peter a mi lado consolándome, cuidándome; luego el embarazo de Camila y mi orgullo que me impedía estar a su lado pero sus palabras, que dejara su orgullo para pedirme ayuda lograron que pueda acompañarlo, lamentablemente el dolor por el verdadero amor supero cualquier situación y una vez mas nos alejábamos peleados, mas tarde Andy que con su ternura, con sus ganas de disfrutar cada momento hicieron que durante unos días me olvidara de todo pero Peter siempre sería el primero en todo y por ese motivo cuando por fin Candela logro contarme lo que sucedía no dude en volverme, pero ahora él no me quería ver, no me quería escuchar.
“Si de verdad lo amas no te rindas…Lucha por él…” fueron las palabras que alguna vez me dio mi madre y eso iba a hacer.
Me levante del sofá y sin importarme cuanto tiempo tendría que esperar, cuantas veces tendría que golpearle la puerta y gritarle para que me escuche, yo iba a estar a su lado…Cueste lo que cueste.
-.♥.-
-¿Qué haces acá Mariana?
Acababa de llegar de la caminata que di y me encuentro a Mariana sentada en la entrada de mi casa abrazada a sus rodillas, por lo visto esperándome a mi.
-Tenemos que hablar…-me dijo cuando se paro al verme.
Mi mirada hizo un panorama de mi casa, de la casa de ella, de la calle y finalmente suspire para volver a verla a ella que ahora estaba parada frente a mí con sus manos hundidas ¿y el rostro contorneado de lágrimas? ¿Había estado llorando? ¿Por qué?
-Yo creo que no tenemos nada de que hablar…-mis manos jugaron con las llaves de mi casa para evitar el nerviosismo que tenía encima…-Pensé que lo entendiste cuando te dije que era tarde…
-¡No es tarde por amor de Dios!-el grito que pego me tomo por sorpresa-¡Nunca es tarde para hablar! ¡Pedro no te estoy pidiendo que regresemos, que me perdones o la idea que se te ocurra…Solo te estoy pidiendo que hablemos!...-Lali se callo un momento-Eso solo te pido por favor…
Aunque por fuera intentara rechazarla, hacerme el superado, por dentro agradecía que insistiera para hablar, la necesitaba y mucho…Necesitaba sus palabras, sus mimos y a pesar de que llego días después en ese momento estaba ahí frente a mi, con su rostro acongojado pidiéndome por favor susurro tras susurro.
Una vez mas desvíe mi mirada hacia otro lado que no se ella pero podía sentir sus ojos sobre mí, transmitían confusión, dolor, nervios y…Y finalmente pase a su lado para poder abrir la puerta de mi casa.
-.♥.-
-¿De que quieres hablar?-Peter se sentaba a mi lado luego de alcanzarme un vaso de agua.
Antes de hablar tome un poco ya que tenía la garganta seca, mis ojos los deje clavado en el líquido transparente pensando bien como decirle todo lo que guardaba.
-Primero quiero saber como estas…-ahora mi mirada se posaba en él-¿Cómo llevas todo esto?
Pedro se despeino un poco, pude descubrir que en semanas nadie le había preguntando eso, me había enterado que nuestros amigos estuvieron ocupados en distraerlo pero nadie se había detenido en preguntarle simplemente como estaba.
-Eres la primera que me lo pregunta…-y que me lo confesara me tomo por sorpresa.
Mi mano con un poco de temor acaricio el brazo de él, esperaba rechazo, esperaba que Pedro retirara su brazo pero al contrario sus manos tomaron la mía para apretarla, para unirse y ese pequeño gesto me desestabilizo por completo.
-¿Quieres hablar? ¿Quieres desahogarte aunque sea un poco?...El resto puede esperar.
Espere a que Peter reuniera fuerza para comenzar hablar y en el momento en que dijo “nunca pensé sentir este dolor tan grande en mi corazón…” tuvo toda mi atención puesta en él, mis ojos paseaban por todo su rostro inspeccionando cada gesto, cada rasgo, a veces se detenían en los verdes cristalinos que estaban los ojos de él que todavía guardaban lagrimas dentro suyo y otras veces solo me dedicaba a acariciarle los brazos, darle apretones en la mano para que no se quebrara y pudiera hablar hasta que no tenga mas nada guardado.
-Era mi hija La…A pesar de que halla sido concebido con la persona equivocada, que no era buscado ni nada era mi hijo…Ese pequeño no se merecía ese final…No se lo merecía…-sus manos secaron bruscamente las lagrimas que lograron escaparse…-No pude ni conocer su carita, solo tengo la imagen de un redondel donde él estaba creciendo y…
No dude en levantarme enseguida al ver cuando se quebró finalmente, mis brazos lo rodearon y su cabeza descanso en mi pecho lloraron todo el dolor que guardaba, llorando el dolor de haber perdido un hijo. Y mis lágrimas se mezclaban con las suyas porque el dolor de Peter era mi dolor, y ese dolor no podía soportarlo, así que solamente me dedique a acunarlo entre mis brazos.
-Llora bebe…Llora todo, no te guardes nada…-mi corazón se rasgaba mas y mas al escuchar como su llanto se incrementaba-Pero recuerda que ese pequeño esta en algún punto del cielo cuidándote y estará preparándote una sorpresa o algo para que realmente seas feliz…-tome su rostro entre mis manos para que me vean…-Ese pequeño ahora es tu ángel…
-Nuestro ángel…
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