Capitulo cuatro.
-¡Perdón!-exclame ante la sorpresa de la escena que me estaban regalando-¿Me explican que sucede aquí?
-Hay perdón-dijo avergonzada Luz mientras que el rubio de mi amigo la tomaba de la mano-Es que no te conté nada-y se lleve un dedo a su boca dando a entender que se había mandado una travesura.
Arquee una de mis cejas ante la incredulidad de lo que estaba pasando, mis ojos se paseaban por el rostro de mi hermanita hacia el rostro de mi mejor amigo y finalizaba en la unión de sus manos. Claramente Nicolás el último día que hablamos no me advirtió nada de esto, les indique con la mirada que se sentaran en las sillas que rodeaban la mesa mientras que yo me posaba en la cabecera y cruzaba mis manos sobre la mesa esperando la explicación de todo.
-Bien, ¿me van a explicar como es eso que mi pequeña hermanita término besando a mi mejor amigo?
Luz miro nerviosamente a su novio, él cual al instante tomo aire para contarme toda la historia, comenzó relatándome el acercamiento que tuvieron días después a mi partida, como poco a poco se peleaban para tener escusa de estar al lado del otro aunque sea cinco minutos y como un día se encontraron los dos diciéndose todo lo que sentían por el otro hasta llegar a cumplir seis meses de novios.
Yo solamente asentí luego de escuchar todo el relato y me dedique a observar a ambos, tenía que reconocer que me daban ganas de matar a mi amigo por haberse metido con mi hermana porque no nos olvidemos que él zarpado de Nicolás tiene sus veintidós años y mi querida princesa solo diecisiete, otra verdad era que nunca me lo hubiera esperado pero a pesar de los celos, quiero sobre todo que mi hermana sea feliz y si es junto al rubio hueco de mi amigo lo tendría que aceptar, igual alguna advertencia nunca venía de más.
-Bien, la verdad me cuesta ver que mi mejor amigo se bese con mi hermanita y bueno haga otras cosas-dije en un tono de asco
-¡Peter!-exclamo vergonzosa Luz -¿No te opones entonces?-pregunto ilusionada.
Le dirigí una mirada severa a mi hermana y una fulminante a mi amigo, lentamente me levante de mi lugar para colocarme detrás de ellos y agacharme hasta que mi propia cabeza quedara en el medio.
-Si vos Nicolás Riera se te ocurre por alguna razón lastimar a mi hermana-coloque una mano sobre el hombro del chico, él cual se encontraba en plena tensión-O la llego a ver llorar por tu culpa no te quepa duda que me olvido que sos mi mejor amigo y voy a tomar venganza muy severamente.-Nico trago dificultosamente, ya que sabia que su amigo, ósea quien les relata, puedo cumplir con lo que digo-¿Capisci?
-Capisci-repitió en un susurro Nicolás luego de haber tragado dificultosamente algo de saliva.
Me aleje de donde estaba para pararme frente a ellos primero mis gruesas cejas se unían en una sola formando unas tres arruguitas en mi frente y cruzándome de brazos disfrutaba de la cara de miedo de Nicolás y los nervios de Luz hasta que no aguante más y deje que una carcajada saliera desde lo más profundo de mi garganta.
Luz se levanto de la silla separándose de su apreciado chico y coloco una mano en mi frente, a lo que yo le pregunte que hacía y ella simplemente me respondió ¿tienes fiebre no?, obligándome que otra carcajadas con mas potencia salga de mi boca.
-Estoy cuerdo enana-tome de sopetón a mi amigo y los pare a ambos enfrente mío-Solo que me gusta verlos sufrir.
-¿Seguro?-pregunto dudoso el rubio mirándome con recelo.
-¡Hombre pero que si no te voy hacer daño!-y ahora los abrace a ambos-Sean felices chicos, aunque mis celos de hermano mas grande floten, estoy seguro que los otros cuatro cavernícolas-contando a mi viejo-Ya te hicieron pasar todas las dificultades necesarias-Nico solamente asintió a la vez que se rascaba la nuca nervioso al recordar los dos primeros meses de relación y a su lado Luz reía con ternura.
-Gracias hermanito…-me dijo ella depositando un tierno beso en mí mejilla-Ahora si nos disculpas, este rubio y yo tenemos una cosita que charlar-y ya estaban por atravesar la puerta de la cocina cuando escucharon un chillido de mi parte.
-Perdón hermana pero por lo menos hoy no tienes ningún temita de charla con el…
-¿Qué?-me pregunto confusa.
Abrace a mi hermano del alma por el cuello al igual que el hizo lo mismo conmigo y con una sonrisa en el rostro le explique al situación.
-Esta bien que sean novios, que pasen tiempo juntos y todo Lucecita-mi hermana se cruzo de brazos escuchando la explicación-Pero viste que yo hace tiempo-y Nico repitió la última palabra-Que no nos vemos y nosotros si que tenemos de que hablar.
-¡Mucho!-exclamo Nico-Así que perdón princesa pero nos vemos después.
Nicolás primero deposito un pequeño beso en los labios de mi hermana, dejándola con su trompita parada y luego me acerque yo riendo para depositarle un beso sobre su coronilla, a los segundos estábamos comenzando a subir la escalera cuando escuchamos un grito de la mujercita decir “son dos minas que les importa mas cotillear. ¡Hombres!”
-.♥.-
Luego de la discusión que había tenido con mi madre me encerré en mi habitación y no salí para nada, seria mayor de edad pero mis berrinches de adolescentes no los cambiaba para nada.
Estaba sentada en la ventana mirando hacia la nada misma cuando desvíe mi mirada al desastre que era mi habitación, ropa esparcida por toda la cama ya que había estado pensando en que ponerme a la noche, apuntes de la facultad cubrían todo mi escritorio porque minutos después de haberme aburrido con la ropa preferí ponerme a adelantar algunos apuntes para la próxima materia pero como era de esperarme también me aburrí así que me tire en el centro del lugar donde había una alfombra ovalada de color rosa chicle para concentrarme un ratito navegando en Internet, obviamente también me aburrí.
Y ahora estaba ahí haciéndome sopa la cola al estar sentada un tanto incomoda en la ventana sin saber que hacer, suspire al escuchar a mi padre avisarme que ambos se irían con los nenes hasta lo mi abuela, dejándome de esa forma sola por completo en la casa.
Relojie la hora y note que era un poquito tarde pero al estar en pleno verano, el sol se ocultaba mucho mas tarde de lo que uno se acostumbra durante el invierno, dedique unos segundos más mi mirada hacía el afuera y luego decidí encerrarme en el baño a tomar una relajante ducha antes de ponerme con los preparativos para la salida.
Luego de unos quince minutos de sentir mi cuerpo mojarse por las gotas de agua, cerré el grifo y tome la mini bata de color blanco que tenía inscripta Lali, sonreí porque ese era el regalo que todos mis amigos me habían hecho para mis dieciocho, me coloque otra toalla mas chiquita en mi cabella formando un turbante y por ultimo mis pantuflas en forma de conejito, cuando quiero soy muy nena chiquita.
Minutos después baje rápidamente las escaleras mientras tarareaba una canción y me dirigía hacia la cocina donde robe una galleta de un frasquito y me serví un vaso de agua.
-Mi filosofía y mi religión es la teoría de lograr tu amor…-cantaba mientras me sentaba sobre la mesada que había en el centro de la cocina y fijaba mi mirada hacia la ventana, la cual daba al jardín de mis queridos vecinos y a los cuales quería evitar hoy.
-Dame una oportunidad, dame solo una señal, dame un poco de fe, dame tu primera vez, dame todo lo que tengas.
De pronto note que la puerta trasera de mis vecinos se abría dejando ver la silueta de un muchacho, fruncí el seño mientras le daba otro mordisco a la galleta al ver que esa silueta no era precisamente de Luz ni de Nico, esa silueta era una que hacía mucho tiempo que no veía y que a pesar de que pasaran los años, lamentablemente la iba a reconocer.
Abrí los ojos como platos, deje a un lado el vaso y la galleta y de un salto me baje de la mesada hasta llegar a la otra para estirar a penas el rostro sobre la ventana y así poder inspeccionar mejor lo que mis ojos creían ver.
-No puede ser-dije en un susurro al reconocer a la persona-¡Peter!
Exclame a la vez que mis manos cubrían mi boca ante la sorpresa y corría desesperadamente escaleras arriba para tomar el teléfono donde marque un número que me sabía de memoria y….
-¡Cande, Peter esta en el pueblo!
-.♥,-
-¿Mamá?-pregunte al encontrarme con un patio lleno de ropa y sabanas extendidas con las cuales comencé a juguetear.
-Si hijo, aquí estoy-me respondió mientras colgaba una remera en la soga-¿Qué necesitas?
Empuje con mis manos alguna que otra sabana que me impedían el paso hasta llegar a mi madre, la cual estaba entretenida colgando alguna prende, me agache hasta tomar una remera seguro de alguno de mis hermanos y me propuse hacer el mismo trabajo.
-Te venía avisar que yo me voy con el rubio hasta la cantina a tomar algo-volví a realizar el procedimiento de antes, agacharme y tomar una prenda que se encontraba en el fuenton rojo para colgarla en la soga- Y luego voy para lo de los Espositos.
Ana me miro un tanto preocupada ante la inminente sorpresa de la cena en la casa de esa familia, porque ella también sabía a la perfección la historia, se agacho para tomar la última prenda que quedaba dentro del fuenton para colgarla, una vez que finalizo tomo el fuenton entre sus manos y escoltada por mi fuimos hasta el lavabo.
-¿Estas seguro de ir?-dejo el bol a un lado del lavarropas-Mira que no es necesario que vallas, la cena la hicimos porque hace mucho que no nos juntamos y…
-Ma voy a ir quédate tranquila-la tranquilicé mientras la abrasaba por la cintura y ella me acariciaba tiernamente mi rostro-Además no me viene mal volver a verla.-una sonrisa tierna se nos dibujo a los dos.
-Si tú lo dices-fue lo único que me dijo luego de darme un beso en la mejilla y retomar sus labores de ama de casa.
-¡Eu Peter!
Escuche que Nico me llamaba desde la puerta del jardín, mire una vez más a mi madre que estaba concentrada en su labor con su carita de preocupada.
-Quédate tranca Ana que no voy a realizar ninguna locura-ella me miro unos instantes…-¿A las ocho es la cena?
-Si, si podes se puntual…-yo solo sonreí y luego de darle un beso sopapa corrí hasta alcanzar a mi amigo que ya estaba emprendiendo la caminata hasta la cantina.
-.♥,-
Todavía me encontraba envuelta con mi bata recostada en la cama hablando por teléfono con Candela, sin salir del trance que tenía por haberlo visto. Había regresado, nadie lo sabía o peor todos lo sabían y nadie me había advertido.
Bufe por no poder tener control de la situación y bufe mucho mas al aceptar que Juan Pedro Lanzani a pesar de los años siempre lograba desestabilizar todas mis estanterías.
-Si Cande, como te lo cuento, estaba sentada en la mesada tomando un poco de agua cuando veo que se abre la puerta de la casa de Luz y veo salir a Pitti-yo era la única que lo llamaba así por el solo hecho de que a él le molestaba, y cada vez que decía ese apodo mi sistema nervioso se alteraba y de inercia comenzaba a juguetear con algo, en este caso fueron mis uñas las castigadas-¿Si esta guapo? ¡Mujer! ¿Que cosas me preguntas?
Le recrimine haciéndome la indignada, cerré los ojos unos instantes recordando su pelo corto casi pelado, la espalda que se había formado seguro por practicar tanto rugby, deporte que el ama, y que estaba cubierta por una remera blanca con la inscripción de Nike y esas piernas que con el tiempo fueron tomando también su forma y era muy injusto que las tapara con el jeans color azul oscuro que estaba utilizando.
-¡Bueno! Esta mas que guapo, ese hombre tendría que estar prohibido para las mujeres-me callo un momento y con voz traviesa dije-Bueno, para todas menos para mi.
Ambas nos callamos unos segundos que se vieron interrumpidos por nuestra risa ante mi debilidad por ese morocho casi pelado de ojos verde y continuamos hablando de otros temas hasta que note que se me estaba haciendo demasiado tarde y no había empezado a prepararme para la cena con Benjamin.
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