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-¿Cómo se
encuentra la chica mas linda de todo el hospital?-notaste como una sonrisa se le
dibujaba en su pálido rostro
-Ahora
que te veo mucho mejor-estiro su mano para que la ayudaras a sentarse-¿Tenes el
traje listo?
De golpe
tu sonrisa se desdibujo, tu mirada se oscureció, tomaste una silla para
sentarte junto a ella, no se lo habías dicho pero no querías ir al baile que
organizaba el hospital, no la querías exponer a ninguna recaída.
-Oye mi
amor-y que paz sentías al llamarla de esa manera-Estaba pensando y creo que
mejor no vamos al baile.
El rostro
de Ely cambio radicalmente y te sentiste totalmente culpable, hacía ya cuatro
meses desde que habían comenzado una relación y desde ese momento eras
totalmente feliz, los dos eran felices por completo en realidad, ambos se
completan el cien por ciento.
Hacía dos
meses que se acompañaban en cada tratamiento, se hacían mimos para ayudar a
recuperarse de alguna recaída, no había minuto donde no estuvieran comunicados,
se daban el apoyo necesario para enfrentar todo lo que les tocaba vivir.
Tres
semana había pasado desde que Eliana se interno para recibir la quimioterapia y
como vos la habías sufrido un mes atrás, estabas siempre a su lado para
recogerle el poco cabello que le iba quedando cuando les surgían vómitos,
tenías (o intentabas tener) las palabras correctas de aliento para cuando ella
sufría los dolores.
Cada día
que pasaba te preguntabas si la podías querer un poco mas y todos los días
cuando llegabas al hospital y desde la puerta, sin que ella lo notara, la
observabas reírse junto a sus padres y sus amigos, o cuando leía una revista o
un libro te respondías que si, que todos los días podías quererla un poco.
Y
descubriste que la amabas, un día que llegaste y viste a Candela rapándole el
poco cabello que le quedaba, vos con un poco de angustia le preguntaste que
hacia y ella con su dulce sonrisa te dijo “Así estamos los dos de igual de
guapos” y no resististe no besarla cuando te acaricio tu cuero cabelludo, que
también no tenía rastros de cabello.
-Te
amo-le habías susurrado…
Días
después te había recibido con una sonrisa de oreja a oreja mientras daba
pequeños grititos de emoción, miraste a Trinidad, su madre, y a Candela,
quienes tenían la misma emoción que Eliana en los ojos y preguntaste que
sucedía. “Vamos a ir a bailar cariño” y tus ojos se salieron de órbita sin
comprender.
Todos los
años el hospital hacia un baile para distraer a todos los jóvenes que se
encontraban internados, al rato de darte la noticia volviste a aparecer en la
habitación y la cara de felicidad de Eliana al ver las dos entradas que
sostenías, supiste que se te guardo para siempre en el corazón. Era la imagen
más hermosa de todas.
Ely te
había pedido que te sentaras a su lado en la cama y con sus delicadas manos te
tomo el rostro y te beso como nunca te había besado, durante el resto de los
días, lo único que le dibujaba una sonrisa a Eliana era ese baile y vos
disfrutabas con ella de esa felicidad.
Pero
hacia dos días atrás, Ely, tu pequeña Ely había sufrido una fuerte recaída y
los médicos estaban completamente preocupados y vos no te ibas a permitir que
ella se exponerla a una decaída peor.
-Pitt
¿estas hablando en serio?-y sus manos te habían soltado, vos sintiendo el dolor
que te causaba sentir las ausencias de esas blanquitas manos sobre las tuyas,
asentiste.
Eliana
cerró los ojos unos instantes para luego acomodarse un poco mejor en la cama,
quisiste ayudarla pero ella te rechazo.
-Cucha
pibe-y sonreíste tiernamente cuando ella dejo escapar su parte bruta, como vos
le decías-A ese baile vamos quieras o no y no quiero replicas.
Vos
solamente te callaste, no tenías ganas de discutir pero no podías permitir que
su salud empeorara, todavía le quedaba una semana de quimioterapia y muchas
cosas le faltaba por sufrir, al saber lo que se venía necesitabas que ella
estuviera con todas las energías completas.
-No,
cucha vo piba-ahora fue ella quien sonrío al escucharte hablar bruto-Todavía te
queda una semana de tratamiento y no podes perder nada de energía, menos por ir
a un tonto baile.
Los
ojitos marrones de Eliana se abrieron de golpe-¿Cómo un tonto baile?-pregunto
en un susurro que lograste escuchar-¿Vos sabes que fecha es ese baile?-y ahora
sus ojitos te miraban atentamente.
-No-le
respondiste sinceramente.
Escuchaste
como dejo escapar un suspiro y agachaba su mirada que se había teñido de
tristeza, la cual obviamente a vos te dolió y mucho.
-Ese día
cumplimos cinco meses juntos….
¡Auch!
Dijiste para dentro al escucharla, ¿Cómo te habías olvidado de esa fecha? ¿Cómo
podías ser tan tonto? Te tapaste la cara por la vergüenza que sentías en ese
momento, ella tan dulce como siempre te quito ambas manos y te tomo
delicadamente de la barbilla.
-Así que
el sábado vamos a ir a ese baile-como te había dicho momentos antes no te dejo
dar réplicas y sello esa cita con un dulce beso, como lo eran todos sus besos:
dulces.
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