Epilogo: Al final la historia tiene un final feliz.
Pero de pronto sintieron ruidos que provenían de abajo y cada vez se acercaban más.
-¡Dios, ni en domingo se cansan!
Emily solamente sonrío al sentir la queja de su marido, acaricio tiernamente su abdomen que a pesar de los años seguía estando en forma.
-Hay cariño, sabes que te encanta que hagan esto…
Adam solamente le dio un beso como respuesta y se volvió a recostar disfrutando de los últimos segundos de tranquilidad.
Emi miro hacía el reloj de la mesilla de luz y comenzó a contar hasta diez mentalmente y cuando estaba por llegar al diez…
-¡Mamá!
-¡Papá!
-¡Mocosos vengan acá!
-Te dije que no te harían caso…
Fueron las primeras cuatro oraciones que escucho al ver entrar a sus hijos en su habitación.
-Tan temprano y ya peleando…
Nicolás de tan solo catorce años, era igual a Adam con su pelo castaño lleno de bucles revueltos, unos ojos castaños profundos y una sonrisa arrebatadora. En el colegio era el niño bonito con el cual todas las chicas deseaban salir, no era un ratón de biblioteca pero siempre intentaba aprobar todas las materias y así poder disfrutar de sus vacaciones como corresponde. Amante de la música como su padre y de los deportes, es un niño extremadamente activo.
-Es que les dije que se quedaran quietos en la cocina mientras con Mili hacíamos el desayuno-miro reprochante a sus hermanitos-¡Pero no! Ellos tenían que venir a despertarlos…
-Ya Nico, son pequeños, tú eras igual…
Le dijo Mili, de tan solo diecisiete años, una niña hermosa con el pelo negro y largo como
lo llevaba su madre a su edad, responsable y demasiado madura para su edad, fue la primera en sentar cabeza entre sus amigas al ponerse a los catorce años de novia con Luciano, su primer amor de niña, excelente alumna en el colegio, en especial en lengua y literatura ya que su pasión es escribir y leer, heredaro de su madre, amante del baile sea clásico hasta callejero. Pareciera ayer cuando por primera vez lleno de luz la vida de Emily y Adam con su sonrisa y su energía, como lo sigue haciendo hasta el día de hoy.
-¡Mentira! Ellos son peores…
Se quejo Nico mientras se metía debajo de las sabanas a un lado de su padre, él cual en ese instante giro para colocarse boca arriba y mirar a toda su familia.
-Nico en algo tiene razón, estos diablillos son peores…-Nico afirmo con su cabeza-Por lo menos él nos dejaba dormir hasta mas tarde…
-¡Óyeme!-se quejo entre risas Nicolás a lo que Adam le respondió con una palmada en la pierna.
Milagros tomo en brazos a la pequeña Hope de tan solo ocho meses, rubia como su abuela, de unos ojos celestes como el mar de lo cual nadie sabe de quien los heredo, llego a la vida de ellos como si de una sorpresa se trataba, creían que la familia ya estaba compuesta pero se habían equivocado porque si no tendrían a Hop, como la llamaba su hermana mayor, no seria lo mismo.
-Hay Hop, no le hagas caso a tu hermano, te tiene envidia por que eres rubia de ojos celestes…
Le decía en broma mientras se acostaban al otro lado de Adam el cuál tenía los brazos abiertos para acogerlas…
-Hay pequeña, a ti si que no voy a dejar que ningún muchacho se te me acerque, no lo logre con Mili.-en ese instante la misma Milagros le pego en el brazo-Pero contigo si que lo voy hacer…
Emily que en ese instante salio del baño vio una de las imágenes que mas amaba, a su familia unida.
-Mami..Mami…Upa…
-Ven bebe…-le dijo Emi tomando a su otro hijo-Te dejaron solito ¿no?
-Sip…-dijo tristemente el pequeño…
Nazareno de tan solo cuatro años, era la mezcla perfecta de Emily y Adam, difícil de describir, un niño sumamente diferente a sus hermanos debido a que sufre un grado pequeño de Síndrome de Down hizo que vieran a la vida de otro punto de vista. Llena de luz, alegría y magia a la familia. En el momento de tenerlo con ellos y saber que sufría esa enfermedad fue verdaderamente un reto para todos pero ante la primera muestra de amor que sintió Naza hacia ellos, entendieron que nada iba a cambiar.
-A ver Nico, haznos un espacio…
-¿Saben que falta?
Pregunto Nico mientras jugaba con el pelo de su hermanito…
-¿Qué falta campeón?
Nicolás solamente se levanto de la cama y se dirigió hacia el modular de su madre donde se encontraba la cámara de fotos, la programo y la coloco en dirección a que tomara la cama y…
-Bien, digan queso…
-¡Queso!-gritaron todos juntos mientras sonreían…
Y al final la historia tiene un final feliz, porque esta pareja se lo merece a pesar de todos los problemas, de las miles de peleas, llantos, risas y reconciliaciones supieron ganar.
Emily y Adam nacieron para estar juntos y ellos lo supieron en el mismo instante en que se conocieron, no lo dudaron y vivieron el amor que tanto se sentía durante su juventud.
Y después de tantas trabas, hoy son felices junto a sus cuatros hijos y la enorme familia que supieron crear, porque luchar por amor es lo mas sano que existe y ellos lo sabían por esa simple razón esta historia tiene un final feliz porque estuvieron año tras año luchando por amor.
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