sábado, 26 de febrero de 2011

Tu recuerdo en nosotros:


Ya habían pasado cinco años de aquel accidente donde todos, especialmente ella y sus dos hermanos quedaron destruidos. Pasaron cinco días de la madre sin ella. Pasaron cinco cumpleaños sin ella.
Era un domingo, y todo transcurría lo mas bien, todos estaban en sus cosas, el hijo mas grande de los tres, Martín estaba trabajando. Nazareno se había ido a lo de su tía y Noel había quedado sola en la casa.

Ella se encontraba escuchando música y ordenando un poco su cuarto cuando de repente se le callo algo justo al frente de aquella habitación, esa que hace cinco años no se habría y por alguna razón sintió como si su corazón se encogiera y sintió la necesidad de entrar.

Fue a buscar en un cajoncito del comedor la llave que habría la puerta. Entro muy despacio, con miedo como si fuera a encontrarla gritando que no entrara sin permiso. Cuando por fin entro alzo lentamente la mirada y se encontró con todo como ella lo había dejado ese ultimo día en sus vidas.

No soporto ver todos esos recuerdo, que en un segundo rompió en llanto, inmediatamente se sentó sobre la cama y agarro la remera que se encontraba extendida sobre ella y la olio.

-Todavía tiene su perfume- dijo con la voz quebradiza. Al voltear vio una foto de ella junto a los 3 sobre la mesita de luz, lo que causo que su llanto se profundizara.

Lentamente se recostó completamente en la cama, teniendo la foto entre sus manos y apretándola junto a su pecho, se fue quedando dormida pasando los minutos y tubo un sueño muy raro. La veía a ella, la veía a su mamá, tan linda y tan real.

-¡Mami no te fuiste, no nos abandonaste!- le dice corriendo hasta donde se encontraba ella.

- No, mi amor, yo nunca los voy a dejar a ninguno de los tres.

- No sabes como te extrañamos, como te necesitamos. Como extraño tus abrazos, tus mimos, tus consejos, tus retos, tus comidas, tu forma de mandarnos, que me escucharas, que pasáramos hablando todo el tiempo.

- Yo también hijita, no sabes como los extraños y como me hubiera gustado estar ahí junto a ustedes protegiéndolos de cada maldad que surgiera. Pero ustedes acuérdense que siempre me van a tener estén donde estén los voy a estar cuidando.

Un movimiento brusco y un grito fueron los causante de despertarla de aquel sueño tan real que estaba teniendo.

-¡Noel!- se escucho que gritaba Nazareno desde la puerta de la habitación- ¿Que haces acá?- le pregunto al ver la cara confuso de su hermana.

- ¿Mamá?-pregunto de repente ella- ¿Donde esta? ¿A donde se fue?-decía desesperadamente mientras que su mirada recorría cada rincón de la habitación.
-Noe, mamá hace cinco años que no esta con nosotros y lo sabes mejor que nadie.

- No, si recién estuve hablando con ella ¿o fue un sueño?-pregunto al ver la cara de su hermano-Fue un sueño-dijo en su susurro dejándose caer sobre la cama una vez mas.

Nazareno al verla tan frágil y afligida por el sueño corrió a su lado para abrazarla, y protegerla mientras ella lloraba el dolor que sentía en ese instante, dolor que él compartía igual o peor que su hermana.

- ¡¿Naza todavía no entiendo porque?! Si ella no molestaba a nadie. Si ella vivía para nosotros, estaba pendiente de que no nos faltara nada. Ella estaba siempre que nosotros nos enfermábamos o nos sentíamos mal. Ella siempre nos puso primero que todo. ¡¿Porque se tubo que morir?!

-Yo tampoco lo entiendo-le respondió él mirando la foto que tenia Noel entre sus manos- Pero ella siempre estará con nosotros, ella nunca nos dejo y no nos dejará. Siempre nos va a cuidar cuando nos enfermemos, nos va a escuchar cuando lo necesitemos. Y nunca nos va a dejar solos en este maldito mundo.
Nazareno dejo escapar un suspiro y luego de dejarle un beso en la frente de hermana, le puso punto final a la conversación que tanto dolor le estaba produciendo a ambos, rápidamente él se levanto de la cama y se dirigió hacia la puerta pero antes le dijo a Noel

-Pero Mamá nunca nos dejo de amar y nosotros a ella no la vamos a olvidar-le dedico una tímida sonrisa-No lo olvides.

Ella se paro lentamente y se puso frente a la ventana que daba al patio y miro hacia el cielo.

- Mami donde quieras que estés recuerda que te amo y que estoy mas que agradecida por todo lo que nos diste, por la familia que formaste, por estar siempre a mi lado, por escucharme, consolarme y aconsejarme. Darme los gustos y protegerme del mal y abrirme las alas para el bien, gracias por hacerme la mujer fuerte y rebelde que soy hoy. Gracias por enseñarme mis derechos. Gracias por ser una mujer que vivió para su familia. Que nunca se abandono. Que nunca se dejo pisotear y gracias por transmitirme todo eso a mi.

De golpe sintió como una brisa fuerte entro y recorrió toda la casa y ella recordó las últimas palabras de su madre: siempre que me necesiten voy a estar y cuando sientan una brisa a la casa entrar ahí estoy yo, recordándoles lo mucho que los amo.
 
De nuevo miro hacia el cielo y dijo -Gracias ma! necesitaba tanto ese abrazo.-
En la vida solamente tenemos una sola madre, aunque pelemos y digamos que la odiamos no es así. Hay que aprovecharla al máximo porque nunca sabemos cuando la perdemos.

 

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