domingo, 27 de febrero de 2011

Luchando por amor (Capitulo uno)

Capitulo uno: Déjame ir

-¿Por qué quieres terminar? ¿Qué sucedió?- se levanto de la silla donde se encontraba sentada para dirigirse sigilosamente hacia él- ¡Dime por favor!- pidió desesperada- ¡Maldita sea! ¿Ya no…Ya no me a…

Girando abruptamente la tomo por los hombros, estampando su boca sobre la de ella, devorando fieramente aquellos labios finos, que significaban demasiada tentación, demostrándole que jamás dejaría de quererla, que la deseaba mas que nunca.

De su pequeña boca salio un gemido, un gemido tan sensual que perturbo la poca cordura que le quedaba encima de él.

-No…-dijo en un simple susurro intentando apartarla

Sin abrir los ojos, coloco sus pequeñas manos sobre las anchas muñecas de el y ella le respondió…


-Si…-volviendo luego a intensificar el beso pero que no sirvió para nada, porque el simplemente había vuelto a la realidad, a la cruel realidad.

-Emily, por favor no lo hagas mas difícil- le pidió suplicante

Llena de dolor, de miedo y decepción se aparto de el y antes de que la viera llorar se alejo de ese lugar, caminado como una zombi se dirigió a la pequeña sala que había recreado en el departamento, aquel departamento que fue testigo de su amor millones de veces, que los vio llorar y reír juntos, que los vio separarse o ignorar por culpa de una pelea, que los vio reconciliarse desesperadamente, que los vio charlar, que los vio jugar o que simplemente los vio siendo personas normales, simplemente siendo Emily y Adam, Adam y Emily.


-Nunca pienses eso-
coloco sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón y apretando los dientes dijo- ¡¡Jamás lo pienses!!

 Ely se dejo caer en el sofá sin entender nada, sin querer entender lo que pasaba.


-Entonces, ¿Por qué me dices eso? ¿Por qué quieres terminar, si todavía me amas?

Adam se apoyo sobre el respaldo de la silla e intentando darle la explicación que merecía, inspiro llenando de un pesado aire sus pulmones.

-Ely, pequeña ya no puedo mas, me la jugué demasiadas veces por ti y por mi, por lo nuestro. ¿Para que? Para que el mundo crea que eres de otro y…

-Pero tu sabes que siempre voy hacer tuya-
le interrumpió ella

Él vio aquella cabellera larga, sedosa y lisa que tanto amaba y que deseaba tanto en aquellos momentos enredar sus dedos mientras le hace el amor lenta y apasionadamente, y una punzada de dolor surgió en su corazón, sintiendo que nunca mas iba a sentir ni existir un "nosotros", un "tu y yo", no hasta que ella madurara, dejara sus miedos e inseguridades de lado y se la jugara.


-Lo se, créeme que lo se-le respondió-Pero necesito mas, mucho mas pequeña-tomo entre sus manos su chaqueta y antes de dirigirse a la puerta, le dijo-Necesito que te la juegues…

Ella giro su cabeza hacia el, mirándolo llena de dolor, con la vista nubladas a causa de sus lagrimas que picaban aquellos pequeños ojos, los cuales cerro en un instante dejando por fin salir aquellas gotas saladas, para abrirlos y encontrarse con un Adam totalmente distinto al cual conoció cuatro años atrás, a un Adam mas maduro, mas hombre, sus ojos recorrieron aquellos pequeños rizos rebeldes, siguieron inspeccionando aquellos ojos castaños que tantas veces la miraron con amor, aquella fina línea que tantas veces había besado, había acariciado con la yema de sus dedos, y finalmente el espectacular cuerpo que tenia, aquel que conocía de punta a punta, conocía cada rincón, cada secreto que tenia ella lo guardaba bien en su memoria y viendo fijamente comprendió, tenia que jugársela, jugársela por…

-Por ti, por nosotros-completo ella..

-¡No!-anuncio desesperado- Esta vez no es ni por mi ni por nosotros, esta vez es por ti, esta vez necesito, ¡deseo!-grito- Que te la juegues por ti misma.

Ella lo miro totalmente confundida, sin entender el porque de toda la situación, ¿jugarse por ella misma? Si todo estaba yendo bien hasta el momento en que Adam ingreso por aquella misma puerta seriamente y le había anunciado que tenían que terminar.

-Pero, ¿y ahora que paso?-le pregunto confusa- Tu sabes que me la jugué, tu sabes que intente liberarme de él pero no pude, logre que no nos torturara con las fotos, con las notas, ¿Qué mas quieres?

El joven la miro dolido, desesperado y angustiado, tan difícil era entender que él lo único que quería era que ella fuera feliz, que sonriera libremente, que hiciera lo que deseara a cada instante, y por supuesto que pudiera recordarle que la amaba locamente en cualquier punto de Estados Unidos y del mundo y no solamente en habitaciones de hotel o en aquel departamento o en la casa de él.
 
-Piensa cariño, piensa que no esta todo hecho, piensa bien las cosas…
 
Emily se paro del sofá y mirándolo desesperada le volvió a repetir...

-¿Qué mas quieres Adam?

El la miro mientras cubría con su mano el pomo de la puerta para abrirla, una ultima mirada y giro para abandonar aquella sala pero antes le pronuncio las dos palabras mas dolorosas para ambos…

-Déjame ir

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