Capitulo tres: No fue suficiente
Aquella ciudad que lo había cogido desde hacia tres meses lo había llenado de satisfacción y felicidad, pero no era la misma felicidad que tenia antes, que sentía antes…Antes de…De dejarla.
Sentía un dolor enorme en su corazón cada vez que una fans se acercaba y le preguntaba por ella, le pedía que le mandara saludos o simplemente la nombraba.
Y es que ¡nadie en este maldito mundo sabia lo tanto que le dolía escuchar ese nombre! ¡Nadie lo sabia!
Y claro, nadie lo sabia porque siempre fue algo oculto, algo secreto como si alguien se fuera a enterar y a ellos dos los tendría que matar.
El teléfono había comenzado a sonar sin cesar, pero él lo único que tenia ganas de hacer era quedarse sentado frente aquel ventanal viendo a la enorme y bella ciudad de Michigan, pensando una vez mas si había hecho lo correcto, pensando una vez mas si ella por fin había pensando en él, si lo seguiría recordando, si lo seguiría amando, como él hacia con ella.
No importaba cuantas peleas tuvieran, no importaba cuantos distanciamientos, no importaba cuantos celos se presentaran ni la cantidad de desconfianza que se tuvieran, él la amaba, la amaba locamente y no estaba dispuesto a renunciar por ella, pero su paciencia había llegado a su límite, había llegado al estado de ver y analizar la situación y ver que ella se estaba quedando estancada junto a sus miedos e inseguridades, y había llegado el momento de que le diera una lección.
La puerta de entrada había comenzado hacer golpeada fuertemente, como desesperadamente, pero Adam tampoco iba a atender, es que nadie entendía que hoy quería estar para él, para ella y sus pensamientos, para nadie más.
Resignado se bajo del pequeño modularcito y camino hasta la puerta blanca, sintió como golpeaba una vez mas tan desesperado como si en eso se fuera la vida de aquella persona e irritado la abrió muy bruscamente, sin tener tiempo de ver quien era ni de reaccionar.
La persona entro como un torbellino adentro del departamento, sin detenerse a pensar en la reacción de él, sin detenerse a saludar cordialmente y menos a detenerse a pensar en la situación que estaba por pasar, tenia que hacerlo ahora o sino seria demasiado tarde.
-No me interrumpas-le dijo una vez que se dio la vuelta y lo vio con aquellos ojos almendrados enormes llenos de miedo-Por favor déjame hablar-le dijo manteniéndole la mirada y Adam solamente asintió dándole paso a que comenzara-¡Bien!-dijo nerviosa, inspiro y expiro fuertemente tres capas de aire hasta que sintió que estaba preparada.
-Mira, estuve durante tres meses llorando por cada rincón de ese maldito departamento, que lo único que hacia era traerme recuerdos tuyos, cada vez que entraba a la habitación y veía la cama, llegaban a mi aquellas noches de pasión donde hacíamos el amor toda la madrugada, recordaba como me amabas con tanta pasión algunas y otras simplemente te dedicabas a acariciarme, a hacerme sentir verdaderamente bella, recordaba aquellas primeras noches que simplemente nos encontrábamos sentados los dos abrazados mirando alguna película, jugando a un videojuego, recodaba aquellas charlas que teníamos hasta sentirnos confiados para dar el paso mas importante que fue irnos a vivir juntos-cerro los ojos para evitar que aquellas lagrimas que le picaban los ojos en ese momento, no se escaparan-Era imposible pasar por el cuarto de invitados y recordar aquellas noches en las que peleábamos y te mandaba a dormir ahí, para tener la escusa de poder levantarme en la madrugada y escabullirme dentro de la cama y dormir solamente abrazada a ti, era muy imposible no pasar por la sala y ver sobre la chimenea todas nuestras fotos, no ver un rincón de aquel departamento que comenzó siendo mío pero a los meses fue de los dos, es imposible pasar un día sin tenerte a ti.
Adam la miraba totalmente sorprendido, escuchaba cada palabra que decía, y cada recuerdo se le venia a la mente, había sentido como su corazón se aceleraba al recordarlos, había sentido como se emocionaba al verla tan frágil pero decidida ahí frente de él con una sola idea, hablar y decirle todo.
-Mich…
-¡No!-grito alarmada-Espera que hay un poco más
-Esta bien
Emely se pasó una mano por el pelo revoltoso que tenia, y es que ni tiempo para arreglarse había tenido, había sido una decisión de último momento y no se arrepentía así que tenia que seguir adelante.
-Tuvieron que pasar tres meses, tres malditos meses, los mas largos y solos de mi vida, en tres meses sentí morirme ¿y sabes porque?-él le respondió con una negativa-Porque no me encontraba a tu lado, porque no tenia tu olor, tu cuerpo abrigando al mío, no tenia tu desorden en nuestro departamento, no tenia al hombre que amo conmigo y tuvieron que pasar tres meses para darme cuenta de todo y en el instante que me di cuenta que iba a perderlo todo no lo dude y compre el primer billete de avión a Michigan y..-suspiro-Aquí estoy, frente a ti diciéndote que te amo.
Adam ya había escuchado suficiente, ya habían tenido demasiado ellos dos en aquel momento, le extrañaba y la necesitaba como nunca, acorto la distancia que los separaba y tomando el rostro de ella entre sus grandes y fuertes manos le dijo…
-Te amo y yo también sufrí durante tres meses eternos y por fin me di cuenta que una vez juntos vamos a poder luchar, aunque no…
-Sea suficiente…-le completo ella mirándolo en aquellos ojos marrones, Adam solo asintió perdiéndose al igual que ella sus miradas, viéndose como se amaban y como se extrañaban, sin perder un minuto mas se besaron lenta y tiernamente, sin pensar que nunca va ser suficiente para este amor.
Sentía un dolor enorme en su corazón cada vez que una fans se acercaba y le preguntaba por ella, le pedía que le mandara saludos o simplemente la nombraba.
Y es que ¡nadie en este maldito mundo sabia lo tanto que le dolía escuchar ese nombre! ¡Nadie lo sabia!
Y claro, nadie lo sabia porque siempre fue algo oculto, algo secreto como si alguien se fuera a enterar y a ellos dos los tendría que matar.
El teléfono había comenzado a sonar sin cesar, pero él lo único que tenia ganas de hacer era quedarse sentado frente aquel ventanal viendo a la enorme y bella ciudad de Michigan, pensando una vez mas si había hecho lo correcto, pensando una vez mas si ella por fin había pensando en él, si lo seguiría recordando, si lo seguiría amando, como él hacia con ella.
No importaba cuantas peleas tuvieran, no importaba cuantos distanciamientos, no importaba cuantos celos se presentaran ni la cantidad de desconfianza que se tuvieran, él la amaba, la amaba locamente y no estaba dispuesto a renunciar por ella, pero su paciencia había llegado a su límite, había llegado al estado de ver y analizar la situación y ver que ella se estaba quedando estancada junto a sus miedos e inseguridades, y había llegado el momento de que le diera una lección.
La puerta de entrada había comenzado hacer golpeada fuertemente, como desesperadamente, pero Adam tampoco iba a atender, es que nadie entendía que hoy quería estar para él, para ella y sus pensamientos, para nadie más.
Resignado se bajo del pequeño modularcito y camino hasta la puerta blanca, sintió como golpeaba una vez mas tan desesperado como si en eso se fuera la vida de aquella persona e irritado la abrió muy bruscamente, sin tener tiempo de ver quien era ni de reaccionar.
La persona entro como un torbellino adentro del departamento, sin detenerse a pensar en la reacción de él, sin detenerse a saludar cordialmente y menos a detenerse a pensar en la situación que estaba por pasar, tenia que hacerlo ahora o sino seria demasiado tarde.
-No me interrumpas-le dijo una vez que se dio la vuelta y lo vio con aquellos ojos almendrados enormes llenos de miedo-Por favor déjame hablar-le dijo manteniéndole la mirada y Adam solamente asintió dándole paso a que comenzara-¡Bien!-dijo nerviosa, inspiro y expiro fuertemente tres capas de aire hasta que sintió que estaba preparada.
-Mira, estuve durante tres meses llorando por cada rincón de ese maldito departamento, que lo único que hacia era traerme recuerdos tuyos, cada vez que entraba a la habitación y veía la cama, llegaban a mi aquellas noches de pasión donde hacíamos el amor toda la madrugada, recordaba como me amabas con tanta pasión algunas y otras simplemente te dedicabas a acariciarme, a hacerme sentir verdaderamente bella, recordaba aquellas primeras noches que simplemente nos encontrábamos sentados los dos abrazados mirando alguna película, jugando a un videojuego, recodaba aquellas charlas que teníamos hasta sentirnos confiados para dar el paso mas importante que fue irnos a vivir juntos-cerro los ojos para evitar que aquellas lagrimas que le picaban los ojos en ese momento, no se escaparan-Era imposible pasar por el cuarto de invitados y recordar aquellas noches en las que peleábamos y te mandaba a dormir ahí, para tener la escusa de poder levantarme en la madrugada y escabullirme dentro de la cama y dormir solamente abrazada a ti, era muy imposible no pasar por la sala y ver sobre la chimenea todas nuestras fotos, no ver un rincón de aquel departamento que comenzó siendo mío pero a los meses fue de los dos, es imposible pasar un día sin tenerte a ti.
Adam la miraba totalmente sorprendido, escuchaba cada palabra que decía, y cada recuerdo se le venia a la mente, había sentido como su corazón se aceleraba al recordarlos, había sentido como se emocionaba al verla tan frágil pero decidida ahí frente de él con una sola idea, hablar y decirle todo.
-Mich…
-¡No!-grito alarmada-Espera que hay un poco más
-Esta bien
Emely se pasó una mano por el pelo revoltoso que tenia, y es que ni tiempo para arreglarse había tenido, había sido una decisión de último momento y no se arrepentía así que tenia que seguir adelante.
-Tuvieron que pasar tres meses, tres malditos meses, los mas largos y solos de mi vida, en tres meses sentí morirme ¿y sabes porque?-él le respondió con una negativa-Porque no me encontraba a tu lado, porque no tenia tu olor, tu cuerpo abrigando al mío, no tenia tu desorden en nuestro departamento, no tenia al hombre que amo conmigo y tuvieron que pasar tres meses para darme cuenta de todo y en el instante que me di cuenta que iba a perderlo todo no lo dude y compre el primer billete de avión a Michigan y..-suspiro-Aquí estoy, frente a ti diciéndote que te amo.
Adam ya había escuchado suficiente, ya habían tenido demasiado ellos dos en aquel momento, le extrañaba y la necesitaba como nunca, acorto la distancia que los separaba y tomando el rostro de ella entre sus grandes y fuertes manos le dijo…
-Te amo y yo también sufrí durante tres meses eternos y por fin me di cuenta que una vez juntos vamos a poder luchar, aunque no…
-Sea suficiente…-le completo ella mirándolo en aquellos ojos marrones, Adam solo asintió perdiéndose al igual que ella sus miradas, viéndose como se amaban y como se extrañaban, sin perder un minuto mas se besaron lenta y tiernamente, sin pensar que nunca va ser suficiente para este amor.
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