Capitulo dos: Me quedo sola
Se había ido, se había despedido de su vida, se había alejado totalmente de ella como lo había prometido.
Tres meses después todavía seguía sintiendo el dolor de aquella frase.
-Déjame ir…
¿Cómo dejarlo ir si era lo que mas amaba en su vida? ¿Cómo dejarlo partir si era la razón por la que ella seguía en pie? ¿Cómo resignarse a su perdida si el era su razón de luchar día a día?
Pero ahí estaba, sola en aquel departamento que desde hace tres meses era triste y silencioso, como ella, ella no había vuelto hacer la misma de antes, nunca seria la misma de antes, no sin él.
Abrió despacio la puerta corrediza de su balcón y apoyándose en la baranda miro al paisaje que tenia a su frente, la ciudad se encontraba oscura, cubierta de nubes grises, relámpagos iluminaban cada segundo un rincón distinto de aquella enorme ciudad y una fina lluvia cubría las calles, aquellas calles que habían sido recorridas miles de veces junto a el, habían sido testigos de su amor una y mil veces.
-Basta Emily, basta-se repitió por trigésima vez en tres meses-No puedes seguir agarrada al pasado, él no va a volver, no lo va hacer. ¡No llores maldita sea!- se recrimino al sentir dos lagrimas mojar sus mejillas- ¡No llores mas!
Cerro los ojos para intentar calmarse un segundo, no podía seguir así, tenia que volver hacer la misma de antes, no podía seguir lamentándose, no iba a poder estar toda la vida así, aunque le doliera Adam Smith era parte de su pasado.
-¡Voy!
Grito al sentir el timbre sonar reiteradas veces, la causa de que ella halla vuelto a la realidad, a su triste y desesperada realidad.
-¡Ya voy!
Volvió a gritar al ver lo insistente que era la persona que se encontraba detrás de aquella blanca puerta.
-Toma, te llego esto...-le dijo Sam mientras ingresaba a su casa.
-Hola Sam, ¿Cómo estas tanto tiempo? Yo pues aquí, no de lo mejor pero ya sabes…
Sam giro sobre su mismo eje para mirar a su amiga, la cual hacia más de tres meses que no veía, porque la muy testaruda solamente quería hundirse en su propia agonía.
-Mira Emily Michelle-le advirtió señalándola con su dedo índice- Hace mas de trece meses que no te veo, que no me atiendes alguna llamada, que no me abres la puerta de tu casa, ni que me respondes algún mensaje.
-Pero Sam…
-¡Pero Sam nada!-le interrumpió la rubia- Sam esta harta de hacer oídos sordos y ojos ciegos, Sam esta harta de ver a su amiga sufrir-le confeso dolorosamente- Cariño por favor necesitas hablar, no puedes callarte mas.
Emily miro sorprendida a su amiga, sin saber que decir ni que hacer, solo miraba aquella rubia de ojos celestes que conocía de años.
-Ely…-le dijo en un susurro ella-Amiga
-¡Hay Sam!-exclamo dándole paso a un llanto descontrolado
Sam sintió una punzada de dolor en su pecho y corrió a consolar a su amiga, rodeando el pequeño cuerpo en un abrazo fuerte y protector, un abrazo que Emily Michelle necesitaba desde hace tres meses atrás.
-¿Estas mejor?-le pregunto luego de entregarle una taza de té que le había preparado
Ely solamente asintió y se llevo aquella taza a sus labios para beber un sorbo.
-Mm..., gracias...-dijo luego de un minuto- Sam yo, yo quería pedirte perdón.
Su amiga coloco una mano sobre la de la morocha y estrechándola fuertemente le dijo…
-No me tienes que pedir perdón por nada morocha, yo se que estas pasando por un proceso doloroso pero no puedes cerrarte en ti misma como lo has hecho, nunca te ha pasado y te viene a suceder ahora.
Emely Michelle le dedico una triste sonrisa y comenzó a hablar…
-Lo se Sam, créeme que lo se, pero es que todo me tomo por sorpresa, que Adam-sintió un sabor amargo al pronunciar su nombre que casi le impide seguir- Decidiera acabar todo y me sentí, me siento-se corrigió instantáneamente- Muy perdida, sin saber que hacer ni donde ir.
Se separo de su amiga lentamente para acercarse a una de las sillas del comedor donde se sentó, esperando que su amiga haga lo mismo.
-Hay días que pienso que me voy a morir de tristeza, otros siento que tengo que luchar y entonces tomo mis llaves y corro hasta el auto, y ahí es que caigo a la realidad, que él esta en Michigan y yo aquí, y otros simplemente me veo en el espejo e intento convencerme de seguir adelante, de conocer a nuevas personas y volver a enamorarme…
Sam le acomodo un mechón de su oscuro cabello detrás de la oreja y mirándola fijamente comprendió una vez más el dolor que sentía su amiga.
-Ely, la verdad no se bien que decirte, tu sabes que no soy la mas indicada para aconsejarte en el área del amor-ambas sonrieron- Pero lo que si se que puedo decirte es que no te dejes vencer por este dolor que sientes, tu sabes mejor que nadie que Adam te ama como un loco, que si hizo eso es para que te hagas valorar por una vez por todas-Emily iba a rechistar pero ella se lo impidió- Y no digas que hiciste todo lo que pudiste, porque no es así, todavía te queda mucho por luchar, como por ejemplo acabar con “la historia de amor” que tienes con Brian.
La pelilarga solamente asintió en silencio…
-Gracias Sam...Gracias de verdad
-De nada cariño, para eso soy tu mejor amiga-miro el reloj que tenia en su muñeca e inmediatamente se levanto de su silla-Bueno, ya me tengo que ir que tengo unos recados que hacer, lee eso que te entregue cuando llegue y por favor cariño piensa bien todo, antes de equivocarte una vez mas..
"Para: Emily Michelle" se encontraba escrito en un sobre de madera, la morocha lo tomo entre sus manos mientras se acurrucaba en una esquina del sofá mas grande que había en la sala y quito lo que contenía adentro.
-No puede ser…-dijo en un susurro al ver una de las últimas fotos que se habían tomado los dos juntos, lentamente dio la vuelta a la foto y se encontró con algo escrito- Para la mujer que ocupa cada sentido mió, cada minuto y segundo de mi vida, y cada rincón de mis pensamientos. ¡Siempre te amare! Tu hombre…
Aferro fuertemente aquella foto a su pecho, dejando una vez más a las lagrimas camino libre en su rostro, dejando una vez más aquel dolor que la invadía expandirse por cada celular y por fin comprendió que sin él a su lado…
-Me quedo sola…
Tres meses después todavía seguía sintiendo el dolor de aquella frase.
-Déjame ir…
¿Cómo dejarlo ir si era lo que mas amaba en su vida? ¿Cómo dejarlo partir si era la razón por la que ella seguía en pie? ¿Cómo resignarse a su perdida si el era su razón de luchar día a día?
Pero ahí estaba, sola en aquel departamento que desde hace tres meses era triste y silencioso, como ella, ella no había vuelto hacer la misma de antes, nunca seria la misma de antes, no sin él.
Abrió despacio la puerta corrediza de su balcón y apoyándose en la baranda miro al paisaje que tenia a su frente, la ciudad se encontraba oscura, cubierta de nubes grises, relámpagos iluminaban cada segundo un rincón distinto de aquella enorme ciudad y una fina lluvia cubría las calles, aquellas calles que habían sido recorridas miles de veces junto a el, habían sido testigos de su amor una y mil veces.
-Basta Emily, basta-se repitió por trigésima vez en tres meses-No puedes seguir agarrada al pasado, él no va a volver, no lo va hacer. ¡No llores maldita sea!- se recrimino al sentir dos lagrimas mojar sus mejillas- ¡No llores mas!
Cerro los ojos para intentar calmarse un segundo, no podía seguir así, tenia que volver hacer la misma de antes, no podía seguir lamentándose, no iba a poder estar toda la vida así, aunque le doliera Adam Smith era parte de su pasado.
-¡Voy!
Grito al sentir el timbre sonar reiteradas veces, la causa de que ella halla vuelto a la realidad, a su triste y desesperada realidad.
-¡Ya voy!
Volvió a gritar al ver lo insistente que era la persona que se encontraba detrás de aquella blanca puerta.
-Toma, te llego esto...-le dijo Sam mientras ingresaba a su casa.
-Hola Sam, ¿Cómo estas tanto tiempo? Yo pues aquí, no de lo mejor pero ya sabes…
Sam giro sobre su mismo eje para mirar a su amiga, la cual hacia más de tres meses que no veía, porque la muy testaruda solamente quería hundirse en su propia agonía.
-Mira Emily Michelle-le advirtió señalándola con su dedo índice- Hace mas de trece meses que no te veo, que no me atiendes alguna llamada, que no me abres la puerta de tu casa, ni que me respondes algún mensaje.
-Pero Sam…
-¡Pero Sam nada!-le interrumpió la rubia- Sam esta harta de hacer oídos sordos y ojos ciegos, Sam esta harta de ver a su amiga sufrir-le confeso dolorosamente- Cariño por favor necesitas hablar, no puedes callarte mas.
Emily miro sorprendida a su amiga, sin saber que decir ni que hacer, solo miraba aquella rubia de ojos celestes que conocía de años.
-Ely…-le dijo en un susurro ella-Amiga
-¡Hay Sam!-exclamo dándole paso a un llanto descontrolado
Sam sintió una punzada de dolor en su pecho y corrió a consolar a su amiga, rodeando el pequeño cuerpo en un abrazo fuerte y protector, un abrazo que Emily Michelle necesitaba desde hace tres meses atrás.
-¿Estas mejor?-le pregunto luego de entregarle una taza de té que le había preparado
Ely solamente asintió y se llevo aquella taza a sus labios para beber un sorbo.
-Mm..., gracias...-dijo luego de un minuto- Sam yo, yo quería pedirte perdón.
Su amiga coloco una mano sobre la de la morocha y estrechándola fuertemente le dijo…
-No me tienes que pedir perdón por nada morocha, yo se que estas pasando por un proceso doloroso pero no puedes cerrarte en ti misma como lo has hecho, nunca te ha pasado y te viene a suceder ahora.
Emely Michelle le dedico una triste sonrisa y comenzó a hablar…
-Lo se Sam, créeme que lo se, pero es que todo me tomo por sorpresa, que Adam-sintió un sabor amargo al pronunciar su nombre que casi le impide seguir- Decidiera acabar todo y me sentí, me siento-se corrigió instantáneamente- Muy perdida, sin saber que hacer ni donde ir.
Se separo de su amiga lentamente para acercarse a una de las sillas del comedor donde se sentó, esperando que su amiga haga lo mismo.
-Hay días que pienso que me voy a morir de tristeza, otros siento que tengo que luchar y entonces tomo mis llaves y corro hasta el auto, y ahí es que caigo a la realidad, que él esta en Michigan y yo aquí, y otros simplemente me veo en el espejo e intento convencerme de seguir adelante, de conocer a nuevas personas y volver a enamorarme…
Sam le acomodo un mechón de su oscuro cabello detrás de la oreja y mirándola fijamente comprendió una vez más el dolor que sentía su amiga.
-Ely, la verdad no se bien que decirte, tu sabes que no soy la mas indicada para aconsejarte en el área del amor-ambas sonrieron- Pero lo que si se que puedo decirte es que no te dejes vencer por este dolor que sientes, tu sabes mejor que nadie que Adam te ama como un loco, que si hizo eso es para que te hagas valorar por una vez por todas-Emily iba a rechistar pero ella se lo impidió- Y no digas que hiciste todo lo que pudiste, porque no es así, todavía te queda mucho por luchar, como por ejemplo acabar con “la historia de amor” que tienes con Brian.
La pelilarga solamente asintió en silencio…
-Gracias Sam...Gracias de verdad
-De nada cariño, para eso soy tu mejor amiga-miro el reloj que tenia en su muñeca e inmediatamente se levanto de su silla-Bueno, ya me tengo que ir que tengo unos recados que hacer, lee eso que te entregue cuando llegue y por favor cariño piensa bien todo, antes de equivocarte una vez mas..
"Para: Emily Michelle" se encontraba escrito en un sobre de madera, la morocha lo tomo entre sus manos mientras se acurrucaba en una esquina del sofá mas grande que había en la sala y quito lo que contenía adentro.
-No puede ser…-dijo en un susurro al ver una de las últimas fotos que se habían tomado los dos juntos, lentamente dio la vuelta a la foto y se encontró con algo escrito- Para la mujer que ocupa cada sentido mió, cada minuto y segundo de mi vida, y cada rincón de mis pensamientos. ¡Siempre te amare! Tu hombre…
Aferro fuertemente aquella foto a su pecho, dejando una vez más a las lagrimas camino libre en su rostro, dejando una vez más aquel dolor que la invadía expandirse por cada celular y por fin comprendió que sin él a su lado…
-Me quedo sola…
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