sábado, 21 de enero de 2012

Montaña Rusa (Capitulo 1)


El sol comenzaba aparecer por el lado este de la ciudad, iluminando con lentitud cada rincón de esta, hasta que sus rayos ultravioletas se colaron en aquella habitación, logrando como consecuencia dejar a la vista el desorden y la suciedad que había ahí dentro.

-¡Eliana! ¡Eliana!-grito Lucía mientras terminaba de enganchar la cortina alrededor de una pequeña cuerda y abría las persianas-¡Eliana despierta!-volvió a gritar al notar que la chica que se encontraba en la cama de plaza y media que había en la otra punta de la habitación, no hacia ningún movimiento.

Lucía giro y suspiro cansada, cada día era la misma rutina, ella subía la pequeña escalera para encontrarse con su hija menor aun durmiendo,  entonces iba directo hacia la ventana para iluminar la habitación y hacer que entre un poco de aire, mientras que repetía una y otra vez el nombre de su hija sin tener logro alguno.

-¡Eliana no te lo repito mas, despiértate de una buena vez!

Esta vez Eliana se removió entre las cobijas y se cubrió un poco mas, por lo que Lucia se vio en la obligación de acercarse a la cama, quitarle sin dolor alguno las cobijas y dejarla al descubierto.

-¡Ya vieja cinco minutos más!-grito la joven a la vez que tanteaba con su mano (y con los ojos cerrados) el borde de la cobija.

-¡No Eliana! ¡Ya es tardísimo!-Lucía bufo y volvió a retirarle la cobija-¡Basta niña! Te estas ganando un castigo para el fin de semana y sabes lo que significa…-se callo un instante para arrodillarse sobre el suelo y poder meterse debajo de la cama, de donde sacó las medias y zapatos del colegio-…Te quedas sin ir a la fiesta de Paola…

-¡No!-grito Eliana ante esa amenaza y Lucia río a la vez que le dejaba el uniforme sobre la cama y se acercaba a darle un beso en la coronilla de su cabeza-Eres mala ¿sabes?

Lucia solamente le sonrío mientras se dirigía hacia la escalera, sin antes decirle que se apurara porque ya era demasiado tarde.

Eliana parpadeo varias veces, dejando su vista clavada sobre las estrellas que se encontraban pegadas en su techo, solo bastaron cinco minutos hasta que estiro sus piernas para que tocaran el frío suelo y se abrazara a si misma por un pequeño escalofrío que le recorrió.

-Que sueño que tengo…-dijo en medio de un bostezo, se levanto de la cama y camino hasta su pequeña cómoda donde había dejado cargando su celular la noche anterior-¡Pero eres un monstruo Marianita!-exclamo al verse, sus manos se apresuraron a intentar acomodar un poco el revoltoso cabello que la hacia parecerse al Rey León-¡Demonios es tardísimo!

-Mamá lleva más de media hora diciéndotelo-comentó Ezequiel desde la puerta de la habitación, ella volteo solamente para sacarle la lengua, él le apunto con un dedo-Cuantas veces te tengo que decir que no me gusta que duermas en corpiño y culotte…

-¿Y yo cuantas veces te tengo que decir, que si traes a una minita no hagas ruido a la hora de tener relaciones?
Ezequiel se puso inmediatamente colorado a la vez que se llevo una mano a su despeinado cabello, Eliana sonrío mientras que sus manos se apoyaron sobre el borde de su cómoda.

-¿Qué necesitas hermanito?

-¿Yo? ¿Qué voy a necesitar?-Ezequiel se rasco la nuca, lo que provoco la risa de su hermana-¿De que te ríes pendeja?

Ella elevo su rostro, tirando su cabello hacia atrás cayendo en forma de cascada, Ezequiel se cruzo de brazos mirándola con el ceño fruncido.

-Es que…Es que Zeze te conozco como si yo te hubiera parido, dale…-movió sus manos en un gesto que indicaba que dijera lo que necesitaba-Escupí la ensalada…

-Eres un nomo de jardín insoportable…-se quejo el morocho…-Esta Kathy en mi habitación y…

Eliana largo otra carcajada más fuerte y comenzó a rotar su rostro en forma negativa, se alejo de la cómoda para empujar a su hermano de la puerta y así poder mirar al final de la escalera.

-Dale Katrina subí…-le dijo a la rubia de pechos voluptuosos que se encontraba apoyada contra la pared-¡Me debes una grande!-le grito a su hermano una vez que este bajara de dos en dos las escaleras y su ligue pasara la puerta de la habitación.

Eliana estaba a punto de cerrar la puerta cuando una mano lo impidió,  miró a Katrina, quien agacho la mirada mientras se mordía tontamente la punta de su dedo anular e inmediatamente giro para ver quien estaba del otro lado.

-Hola peti…

-¿Qué haces aquí?-le pregunto mientras el muchacho ingresaba descaradamente a la habitación.

-¡Te debo una muy grande!-le grito Ezequiel desde su habitación.

Eliana miro a su hermano que le sonreía inocentemente, una vez que vio como cerro la puerta de su habitación, giro sobre su mismo eje para ver como la rubia reía tontamente ante los cariñitos que le hacia el muchacho descarado que había ingresado hacia segundos.

-¿Perdón?-pregunto con un tono irónico que cautivo la atención de la pareja-¿Qué coños significa lo que están haciendo?

-Ay ya Pitti sabes muy bien que me pones quenchi…

“¿Me pones quenchi?” repitió en un susurro Eliana, mientras seguía viendo la escena, sus ojos se abrieron como plato cuando vio como Katrina empujo al muchacho, haciendo que este cayera recostado sobre la cama.

Vico abrió sus labios para decir algo pero se le escapo un gemido al sentir como los labios de la rubia comenzaban a jugar con el lóbulo de su oreja, Eliana sintió como su sangre hervía pero intento mantenerse en calma, lamentablemente estaba acostumbrada a vivir ese tipo de escenas pero…

-¡Creo que es mejor que te vallas!-grito mientras tironeaba a la rubia del cabello logrando quitarla de encima del chico-Mi madre esta por volver a subir y la intención es que no te encuentre acá.

Katrina iba a hablar pero esta vez ella fue mas veloz, Eliana abrió la ventana que daba al patio trasero de su casa y sin ninguna delicadeza empujo a la rubia hacia fuera.

-¡¿Qué haces nena?!-grito Vico mientras se levantaba de la cama y corría hacia la ventana-¿Estas loca?-le pregunto al voltearse.

-Si…-le respondió ella acercándose peligrosamente a él-Estoy loca por...

La voz de Eliana salio en un fino susurro, Pedro sonrío de medio lado, logrando una sonrisa canchera, la cual sabía que a ella le molestaba profundamente. Él se apoyo sobre el borde de la ventana esperando ver la acción de la chica.

-¿Estas loca por…?-pregunto con la intención de que Eliana completara la frase.

Ahora la que había sonreído fue ella, que se acerco peligrosamente al rostro de él, primero coloco sus manos sobre los hombros luego rozo su nariz con la de él, hasta que sus labios comenzaron un leve vaivén de roces.

-Estoy loca por…-volvió a repetir ella en un mínimo susurro mientras hacia un intercambio de miradas con él y su boca.

Estaban a punto de besarse, cuando Eliana de un leve empujón hizo que Vico cayera por la ventana, sin importarle que se encontrara solamente en paños menores ni que la vecina chusma de al lado este observando todo desde la ventana de su cocina, esperando el momento de poder ir a contar el chisme.

-¡Estas loca petiza!-le grito Pedro mientras se levantaba del césped e intentaba cubrir sus partes.

-Lo que tu digas pendejo…-Eliana se mordió la lengua para no gritarle un insulto pero su naturaleza le supero-¡La próxima vez que la rubia hueca quiera follarte…Y en MI cama la consecuencia va a ser peor…!

Pedro largo una carcajada y Eliana solamente le mostró el dedo del medio para luego meterse de nuevo dentro de su habitación.

-¡¿Por lo menos me devuelves mi ropa?!-le grito un Vico que se encontraba en mitad de un patio delantero intentando cubrirse sus paños menores con dos tapas de pizzas que había sacado del contenedor de basura.

La morocha desvío su mirada hacia su cama donde se encontraba los jeans de él y en dos zancadas estaba de vuelta frente a la ventana con la prenda en una de sus manos y en la otra una tijera.

-¿Los quieres?-le pregunto y Vico asintió rápidamente-Lastima…Tendrás que comprarte un par nuevo…

Vico largo un grito histérico al ver como ella desde su ventana iba desgarrando a tijeretazos sus jeans, que justamente solían ser sus preferidos, segundos después la prenda caía sobre su rostro.

-¡Me la vas a pagar nomo de cuarta!

-¡Lo que tú digas!-le grito ella.

Eliana cerró fuertemente su ventana para luego dejarse caer sobre su cama, cerró los ojos mientras suspiraba, lamentablemente para ella, esa situación se repetía constantemente pero no le quedaba de otra que hacerse la malita con él y volverlo loco cada vez que pudiera.

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